Muros de Piedra Seca; A esta singular composición gramatical le podríamos atribuir varios sinónimos: eficacia, dureza, valentia, resistencia, esfuerzo, espíritu luchador, compacto, artístico, etc... y es que no solo lo adjudicaríamos al propio muro de piedra sino a su arquitecto, Rafael.
Ecuatoriano y ahora residente en la Sierra de la Pila des de hace varios años. Autor de diversas obras de arte en arquitectura natural paisajística como varios muros de piedra o el monolito con el logo de la Finca El Anillao.
Por toda esta dedicación completa le damos las gracias de corazón.
Hoy también queremos desarrollar bien el concepto y los objetivos de los muros de piedra seca ya que tienen una larga y ardua historia.
Las construcciones de piedra seca tienen un gran valor histórico y son una auténtica referencia en muchos territorios donde predominan. A lo largo de los siglos han configurado unos paisajes agrícolas y ganaderos dominados sobretodo por los olivos, los almendros, la viña y los cereales.
Estos muros a parte de delimitar parcelas y formar bancales, constituyen un rico ecosistema para muchas especies de fauna (insectos, reptíles, nidos de aves, etc...) y de flora (líquenes, musgos, etc...).
La técnica consiste en poner una piedra sobre otra intentando encajarlas de forma natural ya sea por la correcta disposición o por la propia gravedad, sin utilizar en ningún momento argamasa, cemento o pasta.
A lo largo de la historia muchas generaciones extraian la piedra de sus propios campos ya que la cantidad de estas no les permitia trabajar bien y ademas no dejaba crecer la hierba, por lo tanto estas piedras eran acumuladas en los alrededores formando así estos muros de piedra.
Fue así como una arquitectura natural se convirtió en arte tradicional y paisajístico. Estas construcciones las podemos obervar en muchos rincones de España, sobretodo en las zonas rurales.
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